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La terapia ocupacional es una disciplina que nos proporciona enormes beneficios en la esclerosis múltiple. Hay que tener en cuenta que, en ocasiones, el tratamiento farmacológico no es suficiente para paliar algunos síntomas, por lo que recurrimos a técnicas rehabilitadoras de la movilidad y de la adaptación al entorno laboral, social y personal.

Beneficios de la terapia ocupacional en la esclerosis múltiple

Este tratamiento contribuye a mejorar la calidad de vida de los pacientes, ya que nos ayuda a ser capaces del cuidado personal y el desempeño de las actividades laborales y de ocio, que, por efecto de la esclerosis, habíamos comenzado a perder de vista.

Además, un terapeuta trabaja coordinadamente con otros especialistas, como asistentes sociales, psicólogos, enfermeros, neuropsicólogos, logopedas y fisioterapeutas. Así, el abordaje de la enfermedad se hace de manera completa e integral. Veamos algunos de los principales beneficios de la terapia ocupacional:

  • Disminución de la fatiga. Es uno de los síntomas más frecuentes de la esclerosis. Limita en gran medida la vida de los enfermos, aunque dependerá del grado de actividad en el que se encuentre la enfermedad.
  • Mejora de la adaptación en el hogar y el puesto de empleo. Las actividades diarias, como cocinar o limpiar, y el desempeño de las funciones propias del puesto de empleo pueden resultar un sacrificio cuando se padece esclerosis. La terapia mejora considerablemente la adaptación de los pacientes a su entorno.
  • Regulación emocional. Uno de los síntomas, y puede que una consecuencia, de esta enfermedad son las afecciones psicológicas. Por eso, la terapia aborda las emociones.
  • Aumento y mantenimiento articular. La pérdida de la movilidad también es un síntoma habitual en esta dolencia. La terapia trabaja para aumentar o mantener el rango articular y la fuerza en los miembros superiores.
  • Potencia las capacidades sensitivas. El paciente experimenta hormigueo, pérdida de sensibilidad o quemazón, debido a que estamos ante una enfermedad de origen neurológico en la que las conexiones neuronales se ven afectadas tras la pérdida de la sustancia que recubre las neuronas: la mielina. Es de vital importancia que el tratamiento se centre en la recuperación del funcionamiento pleno de las fibras sensitivas que transmiten las sensaciones de dolor, temperatura y sentido del tacto.
  • Control postural. El déficit del equilibrio es un síntoma que también podemos experimentar como consecuencia de la enfermedad. Para lograr un control postural, habrá que realizar una interacción entre el sistema musculoesquelético y el neural.

En conclusión, la esclerosis múltiple necesita de tratamientos completos, como la terapia ocupacional, para que el paciente recupere sus funciones, desarrolle técnicas con las que ser independiente en su vida personal y profesional y prevenga otros síntomas derivados de la enfermedad. En definitiva, requerimos de armas para adaptarnos al entorno.